Gonzalo Echeverri Uruburu
Recientemente se ha
conmemorado el centenario de la teoría
general de la relatividad de Einstein,
sin duda el más influyente científico del pasado siglo. Su imagen es un
icono de la cultura mundial y sus ideas en otros campos diferentes a los de la física
siguen siendo consideradas , pues
el científico alemán
expresó variadas opiniones
sobre diversos asuntos de
política, educación , historia , filosofía
y religión.
Su
pensamiento en estas últimas materias fue en
cierta forma ambiguo , y por ello ateos
y creyentes lo citan por
igual en apoyo de sus respectivas creencias .Sin embargo considerando en
conjunto su textos, es
claro que siempre rechazó la idea de un Dios personal” la idea de un
Dios personal me es ajena y hasta me parece ingenua…. Me resulta inconcebible un Dios que
recompensa y castiga a sus criaturas, o que tiene voluntad como la que percibimos en nuestro interior…” escribió. No obstante abogó sin reservas
por una “ religiosidad cósmica”
que resulta del profundo sentimiento de admiración por la
asombrosa armonía de las leyes que
gobiernan la naturaleza” y por ello se declaró “ profundamente religioso”
. Pero es claro que las
ideas del gran físico
lo aproximan más a
las filosofías ateas como las del budismo que
rechazan en igual forma toda idea de un dios personal y solo admiten como suprema realidad la ley cósmica .
Y es
aquí precisamente en donde el pensamiento humano llega a un punto crucial. ¿Puede
considerarse como Dios un principio abstracto,
una ley impersonal absoluta? El gran pensador
que es Hans Küng, plantea esta pregunta fundamental: ¿podría ser Dios un Dios sin espíritu ni
inteligencia, sin libertad, ni amor? Es cierto que en toda la historia, el
humanizar a Dios ha
creado concepciones aberrantes y absurdas como el Dios colérico y vengativo de las religiones
monoteístas o los dioses lujuriosos y sensuales
del mundo grecorromano. Pero Dios
no puede ser menos que el hombre, una simple cosa por grandiosa que se la conciba. Por tanto, concluye el
teólogo suizo “Dios desborda también la categoría de lo impersonal, Dios
tampoco es menos que persona”. Y la
consciencia es inherente a esta realidad suprapersonal.
Einstein nunca
pudo aceptar el indeterminismo de
la física cuántica .Pero es precisamente
de este campo de la nueva
física del cual han surgido nuevas concepciones filosóficas sobre la naturaleza de la realidad última como totalidad indivisible no material. Y si el
universo es una totalidad indivisible, nuestra consciencia ha emergido de ella, es decir el trasfondo de
la realidad fundamental es una Consciencia Cósmica .El propio Eddington,
uno de los primeros en aceptar las
teorías de Einstein, había dicho : “ la
idea de una mente universal o logos
sería- yo pienso- una inferencia
realmente plausible del estado
actual de la teoría científica.” Y Schrödinger, uno de los grandes genios
creadores de la física cuántica lo
expuso sin reticencias: “Obviamente sólo
queda una opción, o sea la unificación de las mentes o conciencias. Su multiplicidad no es sino una apariencia, en
verdad sólo hay una mente. Esta es la
doctrina de los Upanishads…”.
Más
recientemente el astrofísico Bernard Haisch , después de rechazar
todo fundamentalismo
científico, explica en su libro La Teoría de Dios, sus ideas ,
fruto de muchos años de reflexión : “ la búsqueda de la experiencia por medio de
la vida física es la manera que tiene la mente infinita de hacer realidad su
potencial infinito; cada uno de nosotros
somos manifestaciones individualizadas de una consciencia infinita…Dios vive
en el universo físico por medio de nosotros. Nuestra experiencia
es su experiencia porque en
último extremo nosotros somos él…”Esta
es la misma idea de los místicos de muchas de las grandes
tradiciones.
Le
negación del Dios groseramente
antropomorfo es solo el primer
paso- necesario si , pero insuficiente
- para una más profunda concepción
de lo divino. Einstein lo dio resueltamente, pero más
allá de esa negación emerge
la Consciencia Una, fundamento no
solo de la leyes naturales, sino de todo lo que existe.